Vesubio maldito
La lava se enquista sobre mi poema
y antes del amanecer, todo ya es nada.
Retumban recuerdos entre los escombros,
mientras un perro hambriento devora a su amo.
La hierba se quema bajo la ceniza,
pistilos y estambres fecundan la hoguera
y ya no nacen flores sobre las pisadas.
Mentiras de azufre empañan la luna,
estatuas sin brazos revientan cadáveres,
un río de escoria sepulta mi sombra...
Pompeya se hunde y nace una duda.