Nostalgia
Te echaré de menos una tarde lluviosa de octubre
cuidando que no mojen mi pelo las gotas de agua que caen.
Pensaré en ti, musitando por última vez
con los ojos cerrados tú nombre.
Y condensada de pena mi alma,
reescribiré este poema sin llanto.
Aunque ausentes tus labios de mí,
esa tarde otra vez volveré a sentir tú ternura en mi piel.
Y por fin,envuelta en certezas,
mientras siguen cayendo las hojas,
con tristeza podré confirmar que Dios jamás existió