Vesubio maldito
La lava se enquista sobre mi poema
y antes del amanecer, todo ya es nada.
Retumban recuerdos entre los escombros,
mientras un perro hambriento devora a su amo.
La hierba se quema bajo la ceniza,
pistilos y estambres fecundan la hoguera
y ya no nacen flores sobre las pisadas.
Mentiras de azufre empañan la luna,
estatuas sin brazos revientan cadáveres,
un río de escoria sepulta mi sombra...
Pompeya se hunde y nace una duda.
1 comentario:
¡Cuánta tristeza rezuma cual lava corrosiva!
Es muy bueno, Angelusa.
Se te echa de menos. ¿Sigues sepultada? ¡Ánimo, el otoño está a las puertas con sus amarillos y su ocres aguardándote!
Besos acerolados que despierten tus sentidos.
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