lunes, 4 de julio de 2011

Vesubio maldito


La lava se enquista sobre mi poema
y antes del amanecer, todo ya es nada.

Retumban recuerdos entre los escombros,
mientras un perro hambriento devora a su amo.

La hierba se quema bajo la ceniza,
pistilos y estambres fecundan la hoguera
y ya no nacen flores sobre las pisadas.

Mentiras de azufre empañan la luna,
estatuas sin brazos revientan cadáveres,
 un río de escoria sepulta mi sombra...

Pompeya se hunde y nace una duda.