sábado, 31 de marzo de 2007

Nostalgia de tu aroma


Esta rosa es para ti.
Para que la huelas desde la distancia que nos une
y sonrías al leer este poema.

Para que bailes junto a ella
y envidiosa te sorprenda, mirándola, la luna.

Para que le tararees la nana que no te dio tiempo a cantarme
y tu voz se mezcle con su aroma.

Esta rosa es para ti.
Para que poses un beso entre sus pétalos
y el viento lo acerque a mi mejilla.

domingo, 25 de marzo de 2007

Seré


(A Moony, porque en su Cuaderno gesté este poema)

Seré
lo que no fuí,
lo que quise ser,
lo que no pude.
Seré mar
cuando la tierra me aniquile
y mis restos se conviertan en nube.
Seré viento
cuando un otoño me llame por mi nombre
y cualquier ave me preste sus alas.
Seré...

miércoles, 21 de marzo de 2007

De-le-tre-án-do-te



La tarde se solidifica en torno a mí
y busco un rincón donde no me hieran
los vértices del tedio que martillea
la escasa luz que se escapa
por entre las ramas
de los árboles desnudos de mi huerto.
Sueño sueños que fueron imposibles
mientras unas gotas de lluvia
empapan de nostalgia
las letras de tu nombre.

domingo, 18 de marzo de 2007

Intemporal



Se amaban hasta el infinito. Sin embargo su amor dañaba la estética de una corporación amaestrada, y sus besos idénticos lastimaban los besos de quien nunca besó los labios de aquel amor que no quiso que fuera eterno, o que… ni tan siquiera consintió que fuera amor.

Se amaban amándose, sin remilgos ni mentiras. Pero a escondidas...

Se habían desnudado de pasión y se vistieron, con idéntica medida, de riesgo y previsión. Aún así articulaban, en cada anochecer, un solo requiebro.

Se amaban con la delicadeza de quien anda por la casa de puntillas para no despertar al niño que duerme.

Mientras tanto, al otro lado del río, la gente seguía con su amargo ritual de sumisión.

jueves, 15 de marzo de 2007

Ausencia



La vida surge
de la misma manera
que acontece la muerte:
con los ojos cerrados.

Dejaste vacía la silla,
la luz ya no quiere entrar...

Los rincones lamen la huella de tu nombre,
la casa acaba cayéndose.

Y yo me acabo de morir la próxima madrugada.




sábado, 10 de marzo de 2007

Génesis



El sueño de una piedra es
engendrar un hijo,
(como cualquier mujer).
Criarlo en su regazo,
alimentar sus quimeras,
lavar sus heridas
frenar sus delirios,
protegerlo del frío,
enseñarlo a volar.

Y...
una tarde de viento solemne,
sin quebrarle las alas,
dejarlo marchar.