viernes, 14 de octubre de 2011

Retrospectiva necesaria



Me fui de todos los sitios para no encontrarte en la escalera,
atravesé el trópico de puntillas,
silencié el tictac del reloj del comedor,
aceleré hasta reventar el radar de la N ciento y pico
y hubiera pagado con gusto los 350€ que me separaban vertiginosamente de ti,
pero el radar se apiadó. 

Yo-no-quise-piedad
y seguí acelerando.
Aumenté la dosis de decibelios a la hora de soñar
para no tener que tararear canciones de tanto amor e
ideé una clave para dormir al primer chasquido de las yemas
sin tener que imaginar tu sexo entre mis manos.

Y es ahora, después de tanto tiempo,
cuando ¡por fin! empieza a funcionar.

lunes, 4 de julio de 2011

Vesubio maldito


La lava se enquista sobre mi poema
y antes del amanecer, todo ya es nada.

Retumban recuerdos entre los escombros,
mientras un perro hambriento devora a su amo.

La hierba se quema bajo la ceniza,
pistilos y estambres fecundan la hoguera
y ya no nacen flores sobre las pisadas.

Mentiras de azufre empañan la luna,
estatuas sin brazos revientan cadáveres,
 un río de escoria sepulta mi sombra...

Pompeya se hunde y nace una duda.

sábado, 18 de junio de 2011

Llave de paso


Quizá existamos a través de otro espejo
y no aquí
donde todo se rompe
mucho antes de haberlo tocado,
donde nada, o casi nada,
es como se siente.
O tal vez seamos el reflejo inexacto
de un prisma en el que la luz,
antes de refractarse,
se descompone entre metáforas estúpidas
y caricias a destiempo.

domingo, 12 de junio de 2011

Queja con forma (aproximada) de abeto



Cinco
o seis mil veces
le he dicho
al impertinente silencio
de esta primavera
que no podía ser verdad,
que tiene que haber un error,
que nadie desvía el cauce de un río
sin autorización de la confederación hidrográfica
previo pago de tantas monedas,
¡y menos aún desviar el mar,
así como así,
sin que tiemble el Universo!
Se
lo
he
dicho
seis mil
o
cinco 
veces
y
no
me
hace
caso.
Díselo tú.

domingo, 5 de junio de 2011

Acta


Ya no sé si el corte fue asimétrico o proporcional
el caso es que fue en la mesa de disecciones
con un bisturí perfectamente desinfectado
que se iba abriendo paso entre la piel.
Mientras tanto,
con un escalpelo,
posiblemente fabricado en no sé dónde
pero con patente nacional,
seccionabas el último día
hasta darle la mismísima forma del
yo nunca he estado aquí.

lunes, 2 de mayo de 2011

Autorretrato (I)

En la otra orilla del río,
donde crecen malas hierbas
y salen las ranas a sacudir su costumbre
de croar por todo,
de croar por nada,
de croar,
hay un canto rodado
que se escapó de la corriente
y no consiente que nadie le tosa encima
ni que le cante,
ni que le cuente.
Es un canto rodado muy impertinente
que se escapó de lo corriente
y no sabe ser condescendiente.

domingo, 17 de abril de 2011

Ese ir hacia el río…


No deberías haber dejado que
ni tan siquiera
 una brizna de vulgaridad
se depositara en tu piel a modo de lunar.
A mi me gustaba esa manera tuya de caminar descalza,
ese halo de misterio,
ese ir hacia el río tarareando a medias,
ese punto borde que te hacía diferente.

Si te unes a la masa acabarás siendo parte
y no podrás distinguirte de entre la multitud,
por eso no fue buena idea lo de la ciudad;
te has instalado allí y ahora usas zapatos de piel.

miércoles, 12 de enero de 2011



Mientras trafico con vitolas de montecristos

y presumo de habérmelos fumado

-como me fumé la piel de quien no debi-,

me muero de asco y me pongo morada

a roscos de vino

y ya no veo más allá de Salamanca

porque a lo mejor el mundo acaba en Salamanca

y vuelve a empezar aquí,

justo en este punto exacto del mapa de mi cuerpo

donde un día chocó un meteorito

y me llevé para casa catorce puntos de sutura

y al poco,

otros siete justo por encima del pezón derecho.

Pero sigo comiendo roscos de vino

mientras maldigo los restos mortales

y pienso en aquellos vaqueros marca Lacoste de la talla 36…

(de eso hace ya muchos años,

cuando todo era más ligero

y yo soñaba con aprender a pilotar mi propia nave).

miércoles, 22 de diciembre de 2010




No sé si te acuerdas aún de mí,

soy la pesada que siempre te saluda,

la que se ha mudado con lo puesto

al ático que queda justo enfrente de tus besos,

la que vive de limosnas

y se empeña en dibujar un corazón

con la punta de sus dedos

en la parte superior de tu cerviz.

Pero no te des la vuelta por favor,

no te pongas frente a mí

no vaya a ser que dé un respingo

y me quede empotrada en la pared

e intentes liberarme con tus manos

agarrando fuertemente mi cintura

y se quiebre algún iglú y se inunde el polo sur,

o se vayan a la porra los glaciales

y se enfade aquel señor que está en el parque

esperando a que pare de llover.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Para M., que nunca lo leerá



Perdona por haberme ido así,

sin entenderte,

pero es que no supe esperar un día más

o no pude o no quise o no debí.

O pude, quise y debí

pero no fui capaz enfrentarme a ti

cuando me hablaste con pasión de quien te ama.

Ojalá volvieras a buscarme entre mis letras,

¡echo tanto de menos los párrafos que no entrelazamos

y tus veintipocos motivos

para hacerme sentir bien!

jueves, 25 de noviembre de 2010

Desayuno con avellanas


Pongo sobre el suelo

Ingentes cantidades de

Nueces y avellanas.

Sonrío mientras las coloco y

Espero a que reaccionen,

Supongo que no tardarán.

Imagino que estarán ansiosas

Tratando de salir del cascarón.

Ajá, ¡ya están! y... ¡todas son para ti!

domingo, 17 de octubre de 2010

Concierto para flauta y frutos secos

De repente tú,

inapropiada expresión de venganza tiñendo de color naufragio las horas putas de tormenta.

De repente tú,

como ola sin piedad acribillando el malecón

e inundando el mar de sueños y cáscaras de pipas

mientras invocas recuerdos en salazón

por miedo a que la soledad

te pudra los huesos

en otro fracaso.

De repente tú,

inadecuada alegoría de adolescencia mal curada,

restañando grietas en el casco

por si acaso pudieras volver a navegar.


De repente… un relámpago… y ya no estás.

domingo, 5 de julio de 2009

Poema tonto




Estábamos en el mismo banco del parque

mirando a las palomas

sin darles de comer

y casi se mueren de hambre,

de repente empezó a llover

y llovió tanto, tanto, tanto

que se ahogaron en el asfalto.

Pero tú nunca supiste que era yo

y yo nunca supe que eras tú.

jueves, 19 de marzo de 2009

Poema breve, estrella fugaz



Ha parado la música de fondo,

al puerto ya no llega ningún barco,
nadie riega las flores de la isla
y la marea devasta el malecón.

viernes, 30 de enero de 2009

Tiempo de lluvias



Tiempo de lluvias
en el que los ríos van,
quimera del mar,
urdiendo versos.
Instantes eternos,
remanso de amor,
olas de sueños.
Casi toqué las nubes
con la punta de mis dedos
pero se fue, se fue, se fue…
se fue con el viento.

domingo, 25 de enero de 2009

El paraiso estaba entre tus manos




Perdona que te mienta cuado duermo

pero es que tu recuerdo se pasea

por entre los suburbios de mi mente

y se pierde en la boca de metro

de la calle adyacente a mi memoria.

Entonces yo me muero de repente

esperando, sentada en el andén,

resucitar al día siguiente.

viernes, 23 de enero de 2009

Poema con mar de fondo


Me hablabas del destino

y yo te dije: ¡no existe!,

somos nosotros

quienes decidimos el camino.

Me contestaste: ¡no, Ángela, no!,

el destino está marcado.

Mi querida Carmen,

qué más da si existe o no,

lo verdaderamente importante

es habernos encontrado.

jueves, 15 de enero de 2009

De una amiga...



Cuando sientas que se apaga la noche


y necesites conversar,


estaré.


Cuando te duela el alma


y el último barco no te traiga consuelo,


estaré.


Cuando sufras y nada alivie tu tristeza


estaré.


Cuando quieras cobijarte en el silencio,


callaré...





sábado, 10 de enero de 2009


Está nevando y el paisaje me conmueve.

Dejo que los copos me invadan

para sentirme parte del instante

que me provoca esta emoción.

Hoy me siento bella

y no me importa que haga frío

porque mi alma intuye calidez en otra alma.

Mis pasos van hacia ti

pero no me preguntes porqué;

sólo la nieve lo sabe.


(O mejor sí,

pregúntame...)


domingo, 14 de diciembre de 2008

Dime...


Dime si te gustan las orquídeas

y te digo cuánto me enternece tu mirada.


Dime si te gusta navegar

y te regalo un barquito de papel


Dime si te gusta el arco iris

y te pinto un cuento de colores.


Dime si te gusta ver llover

y te invito una tarde a pasear.


Dime...


jueves, 4 de diciembre de 2008

La memoria de mi piel


El gris ocupa todo el cielo de la tarde
mientras los tejados languidecen bajo las chimeneas
y el frío se apodera de las copas de los pinos.
He quemado tus palabras para calentarme
porque la memoria de mi piel
sigue temblando
aterida de recuerdos.

No debería importarme demasiado

pero es que están tan helados los caminos de regreso

que resbalo sin querer

cayendo una y otra vez

sobre el afán de disculpar

tu desatino

y mi torpeza.