Autorretrato (I)
En la otra orilla del río,
donde crecen malas hierbas
y salen las ranas a sacudir su costumbre
de croar por todo,
de croar por nada,
de croar,
hay un canto rodado
que se escapó de la corriente
y no consiente que nadie le tosa encima
ni que le cante,
ni que le cuente.
Es un canto rodado muy impertinente
que se escapó de lo corriente
y no sabe ser condescendiente.
2 comentarios:
Yo también quisiera poder ser como ese canto rodado en muchas ocasiones, es especial cuando todas las ranas croan, por todo, por nada, por croar sin más. ¡Qué hartura de ranas!
Y lo dices tan bonito...
Besotes.
No te creas que es nada cómodo, Mafalda...
Beso para ti.
Publicar un comentario