domingo, 17 de abril de 2011

Ese ir hacia el río…


No deberías haber dejado que
ni tan siquiera
 una brizna de vulgaridad
se depositara en tu piel a modo de lunar.
A mi me gustaba esa manera tuya de caminar descalza,
ese halo de misterio,
ese ir hacia el río tarareando a medias,
ese punto borde que te hacía diferente.

Si te unes a la masa acabarás siendo parte
y no podrás distinguirte de entre la multitud,
por eso no fue buena idea lo de la ciudad;
te has instalado allí y ahora usas zapatos de piel.

4 comentarios:

Mafalda dijo...

¡Lástima que las ideas no sean siempre buenas! Sobre todo cuando nos convierten en masa y perdemos la identidad.
¡Qué claridad destila el poema!
Precioso, Angelusa.

Ángela dijo...

Pero es muy triste, Mafalda, mucho. Es uno de los poemas más tristes de mi vida.

Mafalda dijo...

Lo intuí, Angelusa; ahora tú me lo confirmas. Todavía duele demasiado, ¿verdad? Sea como fuere, la belleza también puede ser triste; la belleza de un sentimientos, o de muchos. Imagino que aún queda mucho más por decir, por expulsar y, quizás, más poemas tristes que giran en la mente, que surgen y no se llegan a escribir ni a compartir.
"Caminante, no hay camino, se hace camino al andar..."

Y me gustaría decirte más, pero quizá este no sea el lugar adecuado. Por si te apetece "charlar", este es mi email: elebouper@hotmail.com.
Un besote enorme.

Ángela dijo...

Te escribo un correo.